¿Cuál es la verdadera función de una junta directiva?

por Administrador

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La falta de conocimiento de la empresa, el bajo involucramiento en las decisiones corporativas o la ausencia de sus miembros en discusiones tan esenciales como la definición de un plan estratégico, son parte de las características de las juntas directivas en la región y deficiencias que se repiten una y otra vez en el área.

Esos errores, que desde una perspectiva tradicional parecen intrascendentes, ejercen un daño tremendo en los negocios, debilitando el manejo gerencial y la cultura de la organización.

Pensar, por ejemplo, que la función principal de las juntas directivas es nombrar y/o remover a los gerentes generales no es solo una concepción equivocada y arcaica, sino también un menosprecio al verdadero potencial de ese cuerpo dentro de los negocios.

Desde una perspectiva moderna, las juntas directivas deberían abarcar tres dimensiones: la estratégica, la financiera y la organizacional.

La primera hace referencia a la tarea de diseñar una estrategia pero no a articularla, pues esto es un rol de la gerencia. El trabajo será de supervisión, seguimiento y evaluación.

La dimensión financiera involucra orientación y evaluación de las políticas financieras, así como un adecuado seguimiento de la situación financiera. Finalmente la función organizacional es la que tradicionalmente se ha cumplido a medias en Latinoamérica. Esta incluye las responsabilidades gerenciales, nombrar y remover al gerente general, pero además asegurarse de darle la autoridad adecuada y definir claramente sus roles. Aquí se define el tema de compensaciones y los planes de contingencia para la sucesión.

Esta es una pequeña lista de algunas de las verdaderas responsabilidades de las juntas directivas en las empresas:

– Discutir los cambios principales de la estrategia y la dirección de la compañía, las propuestas importantes y otros asuntos críticos.

– Requerir la explicación y justificación, por parte del gerente general, del presupuesto operativo, principales inversiones de capital, adquisiciones y ventas etc.

– Apoyar activamente al gerente siempre que su ejecutoria sea satisfactoria

– Reemplazar con prontitud al gerente si su ejecutoria no es la esperada.

– Asegurarse, hasta donde sea posible, que el gerente haya identificado a su sucesor.

– Participar activamente de la elección o reelección de directores.

– Decidir políticas sobre compensación a la administración superior, lo mismo que revisar las recomendaciones del gerente para otros colaboradores.

– Formular las políticas relacionadas con asuntos éticos y de responsabilidad pública y asegurarse de su cumplimiento.

– Analizar informes sobre la ejecutoria, señalar áreas de preocupación y sugerir acciones para mejorar.

– Asegurarse que la información financiera entregada sea correcta y los controles internos satisfactorios.