Para tener éxito en los negocios no basta con innovar, hay que saber ejecutar
Todos competimos por crear el próximo producto estrella. Así funciona el mundo de los negocios. Pero también hay que tener en cuenta que, sin una ejecución adecuada, una idea de mil millones de dólares podría no valer ni tan siquiera un centavo.
De acuerdo con una encuesta de la Economist Intelligence Unit (EIU), las empresas solo llevan a cabo el 60 % de sus estrategias debido a defectos de planificación y ejecución. Por ello, cada vez más compañías están desarrollando laboratorios de innovación. Para algunos, la motivación para crear este tipo de laboratorios no es otra que ir detrás de nuevos mercados. Para otros, es una oportunidad para aprender, probar y, en ocasiones, fallar rápido.
Kyle Nel, director ejecutivo de Lowe’s Innovation Labs, considera que la innovación futurista le ha servido para impulsar su negocio. Habla de la idea que tuvo su organización de contratar a escritores de ciencia ficción para poder plantearse los hipotéticos resultados de sus innovaciones. Puede parecer extraño, pero tan solo tenemos que echar la vista atrás y pensar en la larga lista de productos que han cambiado nuestras vidas y que parecían sacados de películas de ciencia ficción. Desde puertas automáticas a pantallas táctiles.
El doctor Hayagreeva Rao, profesor de la Universidad de Stanford y experto en innovación, anima también a perseguir la excelencia sin importar que ese intento pueda acabar siendo un fracaso estrepitoso. Sobre el papel que la gerencia de una empresa tiene en la innovación, considera que, “con demasiada frecuencia, la alta dirección piensa que su trabajo es ejercer de policía o evangelizador de la innovación, además de asegurarse de que los recursos se utilizan de manera apropiada”. Ello puede suponer un problema para ejecutar de manera correcta la planificación llevada a cabo.
Bajo el punto de vista del profesor Rao, “el trabajo de los directivos es pensar en sí mismos como ingenieros civiles, que construyen puentes y caminos. En definitiva, juntan a la gente. Hay que pensar en los problemas de las personas y proporcionar tantas herramientas como sea posible para evitarlos”.